Una vez mas me encuentro y me pierdo bajo este pequeño cielo
Este cielo que llora por la brisa y por los costados bocinas
Cielo de noche clara que no puede descansar por que nunca le apagaron la luz
E insomne se mantiene estatico mirándonos boca abajo, como un ahogado que observa toda su vida pasar por entre las algas y las piedras que lleva la corriente, junto con él.
Tarde llegaron las olas que agitaron las caderas de aquel cuerpo helado
demasiado tarde cuando la luz se posaba ahi dibujando la escena y tu seguias remando, sin un rumbo planificado, debatiendo entre sollozos que se confundían con los pequeños ribetes que llegaban a tus costas, a tus caderas, a tus comisuras.
Por un momento un silencio antes de la segunda venida, sosiego de pobre que nunca conoció el mar y confundia el sonido del alquitrán sobajeando los neumáticos en la calle con la brisa y el golpeteo eterno de las olas en el muelle.
seminario, noviembre 2010
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